No hay nada más hortera, que la nueva moda de hablar spanglish con la suficiencia y altanería del que se cree mejor por ser un snob.
Esta ridícula moda de "jovenzuelos aunque sobradamente ignorantes", se ha impuesto con tal fuerza, que el que no practica el spanglish, no es que se le vea antiguo, si no que se le percibe como un ignorante. Atrevida es la ignorancia, cuando haciendo uso de ella, se la llama "preparación intelectual". Mucho más en ámbitos profesionales, en los que quien no suelta un palabro en spanglish mal pronunciado, no parece digno del puesto de trabajo que ocupa. El sentido común cada día lo es menos y los nuevos modernos de cartón piedra, se han olvidado de que existe.
Para comenzar la serie "aprenda spanglish", que seguirá dando de que escribir en el futuro, me he permitido rebloguear un buen artículo de Xosé Castro, publicado en porticoluna.org que expone perfectamente la cuestión.
¡Aprenda spanglish en un santiamén!
Nota previa: este artículo y el próximo sobre este tema están basados en hechos reales. Lamentablemente, el autor no se ha inventado ninguna de las palabras y expresiones empleadas, así que éste no se hace responsable en absoluto de los efectos secundarios —perdón, colaterales— que pueda tener la lectura en voz baja o alta del presente artículo y de su continuación —perdón, secuela—. Cualquier coincidencia de las expresiones aquí expresadas con otras que el lector haya podido oír es natural. El autor quiere declarar que para la elaboración del presente artículo no se sometió a dieta, dañó, perjudicó ni paseó ningún animal bípedo ni quintúpedo.
¿Está harto de que no lo entiendan cuando habla bien? ¿Está harto de poner cara de pazguato mientras lee una crítica cinematográfica? ¿Siente que no entiende a los compañeros del departamento de márketing de su empresa? ¿Lo miran raro sus colegas o familiares? ¿No nota demasiadas diferencias entre la rueda de prensa posterior a un partido de fútbol y una sesión ordinaria del Congreso de los Diputados? ¿No desearía estar al día de lo que se cuece?
¡¡Acabe Ya Con Sus Pesares Y Aprenda Espanglish Cómodamente, Sin Moverse Del Sofá!! Le ofrecemos este curso, único, gratuito e intensivo, para que conozca las expresiones que le permitirán estar al día en todas partes. Nadie sospechará más de usted; ya no volverá a ser el pedante purista en su círculo de amistades ni en su entorno profesional. Ahora, será el enterado, el namberguán.
(Este cursillo está especialmente destinado a periodistas y traductores en ciernes. Anímese y siga leyendo... ¡es una oportunidad única! ¡Guau!)
Esa sintaxis
1. Cuando hable o escriba, no construya frases muy largas con muchas cosas al final (las llaman subordinadas). Construya oraciones del estilo “quiero esto“, “detesto lo otro“, “posicionémonos al respecto“. Si tiene que alargarlas, incluya expresiones cultas con moderación, como éstas: “es por ello que... “,“lo suyo es...“, “informarles que tengo que... “.
2. Encabece todas sus frases con algún adverbio terminado en -mente: obviamente, evidentemente, claramente, simplemente. Y no olvide empezar la última frase de su discurso con el eficacísimo “finalmente”.
3. Cuando sus empleados, compañeros o amigos le propongan algo, emplee fórmulas afirmativas con gancho: “cul” (cool), “megacul” (mega-cool), “exacto”, “ahí estás”, “y además, de verdad”, “va a ser eso”.
4. Use bien las mayúsculas. Estas letras se utilizan para llamar la atención del lector y tienen la ventaja de que no hay que acentuarlas. Las iniciales mayúsculas sirven para distinguir una frase no importante de una frase sí importante. Compare estas dos, por ejemplo: “Juan come manzanas“ y “Tenemos Que Aumentar Nuestros Beneficios“ ¿Lo vio?
Estructura del discurso
1. Hable y escriba con seguridad, y salpimente su discurso con palabras inglesas de uso común en su ámbito profesional pronunciadas a la inglesa, o, incluso, a la española; o, si lo prefiere, a la francesa (con esta variación reforzará su seguridad ante un interlocutor abrumado por sus cambios de registro). Por ejemplo, pronuncie ”autsórsin” (outsourcing), pero luego diga “averash” (average) o “rátin” (rating).
2. Construya palabras con una pizca de inglés y otra de español. Eso acerca más el inglés a sus interlocutores y demuestra sus conocimientos de aquella lengua. Ya se sabe que sin inglés no se va a ninguna parte hoy en día. Por ejemplo, cuando una máquina, una persona o un concepto cualquiera funcione muy bien o tenga un gran rendimiento, diga que es muy “performante“. Si hay que adaptar algo o personalizarlo, diga que hay que “customizarlo“.
La oratoria, importantísima
1. Un antiguo griego, llamado Quintiñán, decía que el buen orador es el que sabe echar mano de todo tipo de recursos para darle fuerza a lo que dice y también a lo que escribe. No dude en tomar terminología de otros lados para darle más frescor y dinamismo a sus ideas. Por ejemplo, para animar a sus empleados, diga que la empresa está en la “pole” (abreviación de pole position, parrilla de salida) o que necesitan un “guarmáp” (warm-up, calentamiento), como si estuviera hablando de coches de carreras.
2. No dude en acuñar términos nuevos si cree que con ello sus destinatarios se aburrirán menos. Úselos también si cree que pueden quedar graciosos y está harto de usar siempre las mismas palabras para llamar a las mismas cosas. Es el teorema conocido como «¿Por qué tenemos que llamar siempre mesa a la mesa?». En nuestros anteriores cursillos surgieron términos fantásticos como “trainero” (profesor que imparte un training) o “interaccionar” (comunicarse, intercambiar opiniones).
Autor: Xosé Castro